La crisis del coronavirus está ya cambiando el mundo. Estamos en pleno proceso disruptivo, que está poniendo a prueba nuestras capacidades de gestión, empezando por las Sanitarias, Productivas, Organizativas, Financieras, Políticas, etc. como antes no lo habían hecho ni el terrorismo internacional hace 20 años, o la crisis financiera de hace 13 años.

El reto sanitario es enorme, pues se trata de evitar la propagación descontrolada de un virus que no conoce fronteras en un mundo globalizado, reducir el impacto de desbordamiento de las capacidades de atención sanitaria, y priorizar el hallazgo por los científicos de una vacuna.

En un escenario así, lo prioritario es la salud, son las vidas humanas, pero inmediatamente surgen todos los retos económicos vinculados a este cisne negro.

Las economías más que desplomarse están en “coma inducido”, como dice Krugman, por la caída de la demanda, y por la disrupción de la oferta, lo cual está teniendo un impacto desconocido hasta ahora en la destrucción de empleo.

La necesidad de avanzar por esta auténtica “terra ignota”, obliga a los profesionales de riesgos a hacer análisis muy certeros de cómo gestionar los múltiples impactos en nuestras actividades, y anticipar tendencias. Una vez más la variable tiempo va a ser crítica y en buena medida ella determinará que la salida de la crisis sea en V (cada vez menos probable), en U, o en L, y esperemos que este último escenario sea el menos probable.

Para tratar de ayudar a analizar esta compleja situación abrimos esta nueva Sección, en la que iremos “colgando” documentos, y notas técnicas que ofrezcan información sobre medidas adoptadas por agentes y en diferentes geografías, marcos de análisis, metodologías e ideas que faciliten el posicionamiento y la toma de decisiones.